Hace 15 años, trabajaba en una tienda de piensos. Todos los días, durante la temporada de recolección de naranjas, uno de los agricultores locales que era cliente habitual se pasaba por allí y me daba una bolsa de sus naranjas. Me comía hasta 10 ó 12 al día. Otro tipo con el que trabajaba me advertía con frecuencia de que comer todas esas naranjas me haría engordar porque contienen mucho azúcar.
Bueno, eso nunca ocurrió. Seguí comiendo una docena de naranjas deliciosamente dulces cada día sin añadir ni un centímetro a mi cintura. Entonces, ¿se equivocaba mi compañero de trabajo? No del todo… las naranjas contienen mucho azúcar, pero es fructosa natural, y no es lo mismo que el azúcar de mesa. Los azúcares refinados que comemos no son fructosa, sino fructosa+glucosa, y nuestro cuerpo trata ese compuesto químico de forma diferente a la fructosa sola. También hay fitonutrientes en las frutas que bloquean y minimizan la captación de azúcar y los consiguientes picos de insulina que experimentamos cuando comemos fructosa.
El vídeo siguiente, del Dr. Michael Greger, explica perfectamente la diferencia entre estos dos azúcares…
