Desde ayer, tenemos un nuevo plato de pasta favorito. Durante mucho tiempo, fueron las conchas rellenas, pero ahora son definitivamente estos raviolis tostados caseros con un relleno cremoso de anacardos y albahaca. No voy a mentir, esta receta fue difícil de hacer y llevó mucho tiempo, pero el resultado final mereció todo el esfuerzo.
Raviolis veganos tostados con relleno de anacardos, ricota y albahaca
Ingredientes
- 1&1/2 tazas de harina de sémola
- 1&1/2 tazas de harina común
- 1/2 cucharadita de sal
- 3/4 tazas de agua
- 2 cucharaditas de aceite de oliva
- 1 taza de anacardos crudos
- 1/4 taza de leche de almendras sin azúcar
- 3 cucharadas de levadura nutricional
- 1/2 cucharadita de aceite de oliva
- 1/2 cucharadita de sal marina
- 1/2 cucharadita de pimienta negra
- 1 puñado grande de albahaca, enjuagada
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo
- 1/2 cucharadita de cebolla en polvo
- 1/2 cucharadita de cebolla granulada
- 1/2 cucharadita de zumo de limón
- 1 cebolla pequeña, picada finamente
- 1 taza de champiñones, cortados en dados finos
- 3 dientes de ajo, picados
- 1/2 cucharadita de condimento italiano
- 1 huevo de lino (3 cucharadas de lino molido mezcladas con 9 cucharadas de agua)
- 1/2 taza de pan rallado
- 1/4 taza vegano Parmesano
- 1 cucharadita de condimento italiano
Para la pasta
Para el relleno
Para el empanado
Instrucciones
- Pon en remojo los anacardos en un cuenco con agua caliente y resérvalos mientras preparas el resto de los ingredientes.
- Prepara la masa mezclando las harinas y la sal en un bol grande.
- Haz un hueco en la harina y vierte el agua y el aceite y mezcla con una cuchara para formar una masa.
- Amasa durante unos 5-7 minutos y forma una bola con la masa.
- Tápala con papel film o una toalla y déjala reposar en la nevera durante al menos 20 minutos mientras preparas el resto de los ingredientes.
- Calienta el aceite en una sartén a fuego medio. Añade las cebollas y saltéalas unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
- Añade las setas y el ajo y saltéalos otros 5 minutos hasta que las setas y el ajo estén blandos. Retira del fuego y reserva;
- Añade los anacardos, la levadura nutricional, el aceite de oliva, la sal marina, la pimienta, la albahaca, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, la cebolla en gránulos y el zumo de limón a una batidora o procesador de alimentos y tritura durante unos minutos hasta que quede suave. Colócalo en un cuenco y refrigéralo hasta que vayas a utilizarlo.
- Divide la masa en dos bolas del mismo tamaño y estíralas formando dos tiras de pasta muy finas y largas.
- Coloca cucharaditas del queso de anacardos separadas unos 2 cm en filas iguales sobre una de las láminas de pasta.
- Añade una cucharadita de la mezcla de cebolla y champiñones sobre cada montoncito de queso de anacardos;
- Humedece la masa alrededor de los montones con el dedo índice y un poco de agua para que la capa superior se pegue a la inferior.
- Coloca con cuidado la segunda lámina de masa encima y corta rápidamente raviolis cuadrados. Con un tenedor, presiona cada lado de los raviolis para formar un bolsillo sellado
- Colócalos en una sola capa sobre una hoja de papel pergamino en una bandeja de horno y congélalos durante 15 minutos hasta que se endurezcan.
- Mientras se congelan los raviolis, prepara el rebozado poniendo el huevo de lino en un cuenco poco profundo, y el pan rallado mezclado con la harina vegana. parmesano y el condimento italiano en otro cuenco poco profundo.
- Cuando estés listo, calienta una sartén con unas 2 cucharadas de aceite a fuego medio-bajo.
- Pasa cada ravioli por el huevo de lino y luego por el pan rallado y fríelos unos 10 minutos por cada lado, o hasta que estén crujientes.
- Cúbrelos con más parmesano vegano y albahaca picada y sírvelos con salsa marinara caliente, o cualquier tipo de salsa que te guste;
Notas
Esta receta lleva mucho tiempo, pero la espera merece la pena
He utilizado la receta de parmesano vegano de The Minimalist Baker porque creo que esa receta es absolutamente perfecta y últimamente la uso en todo
También probamos esta receta hervida y al horno, y estaba buena de las dos formas, pero freírlas ligeramente fue sin duda el método que mejor sabía.
3.1
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